¿Qué significa para ti
vestirte? Puede que seamos muy creativos y disfrutemos combinando
mezclas inesperadas. Recordemos la famosa frase “menos es más” en la
que se idolatra la sencillez para tener un estilo inconfundible. Sin embargo, en
ocasiones un estilismo demasiado corriente: falda con blusa y pantalón con
jersey, nos resulta tedioso y previsible. Es cierto que la estética minimalista
nos ha conquistado y las líneas puras de abrigos rectos y pantalones en tonos neutros
son muy recurrentes para nuestros looks diarios. Sin embargo, no me refiero al
estilo que nos define a la hora de vestir, ni siquiera a los colores que tiñen
nuestras prendas habituales, hablo de nuestra disposición ante el acto de
vestirnos.
Vestirse es una rutina más
del día a día. Te duchas, comes a medio día, te tomas un café, escuchas
las noticias, vas a trabajar y eliges qué vestido llevarás para afrontar la jornada. Es cierto,
muchas veces es una decisión difícil y, aunque parezca algo superficial, es algo importante. No me pondré a explicar que la moda es un escaparate ante
la gente, ni siquiera hablaré sobre el poder de la ropa para convertirte, a
simple vista, en una persona distinta. Solo profundizaré en la fantástica
decisión de hacer de este acto, uno más del día, en un chute de energía, una
alegría para las mañanas, una oportunidad para dejar correr la imaginación, sin
complejos.
Y es que con la moda podemos
incluso doctorarnos en arte, ser expertos en cine y crear un editorial de moda
casero. Un mundo que se abre a la cultura y que recoge un poco de cada sector
para materializarse en un look, normalmente muy visual. Con esto, quiero decir
que, al igual que un estilista no combina dos prendas por pura intuición,
podemos seguir el ejemplo para nosotros mismos. Un profesional de la
moda, como decía, tiene casi siempre una explicación para cada uno de sus
trabajos. Se inspira en películas, iconos, cuadros y hasta editoriales pasados
para crear sus estilismos, nunca para copiarlos. Cada escena de una película le evoca distintas ideas, cada rincón de las calles de una ciudad, la presentación de un restaurante o una planta en la puerta de la casa de su vecino. Digamos que un profesional de la moda se fija en cada mínimo detalle de la vida para poder crear e innovar. Por ello, sería divertido y
muy enriquecedor que nosotros hiciéramos lo mismo en nuestro día a día, ¿no os
parece maravilloso?
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